Entrevista exclusiva con Tristan Pascall, Director Ejecutivo de First Quantum Minerals
Hablamos con el Director Ejecutivo de la mina vinculada a las protestas de Panamá…
Hablamos con el Director Ejecutivo de la mina vinculada a las protestas de Panamá…
¿Por qué protestan los panameños contra Cobre Panamá?
Tristan Pascall: A fines de 2017, la Corte Suprema de Panamá dictaminó que la ley contractual original era inconstitucional. La situación era que el derecho contractual original de 1997 se había producido en un momento donde los precios del cobre estaban bajos. La renegociación llevó años y pasó por un proceso exhaustivo y solo se acordó en marzo de 2023. Pero cuando esa nueva ley fue ratificada por la Asamblea, provocó protestas. Algunos de los que protestan tienen preocupaciones ambientales genuinas, mientras que otros grupos involucrados tienen quejas más generales no necesariamente relacionadas con la minería. Queremos escuchar y oir a los manifestantes, sin embargo, también nos damos cuenta de que nuestra mina es un importante motor económico para el país: empleamos a más de 7,000 personas, el 90% de las cuales son panameñas y gastamos más de $ 900 millones al año con proveedores panameños, por lo que necesitamos hacer un mejor trabajo para comunicar esos beneficios a todos los panameños. Estamos utilizando tecnología de clase mundial y equipos de última generación para desempeñar un papel crucial en la lucha contra el cambio climático.
Somos una empresa minera responsable que cumple con las Normas de Desempeño de la CFI y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Cobre Panamá tiene un impacto ambiental, pero trabajamos duro y estamos comprometidos en mitigarlo. Aplicamos los más altos estándares ambientales, de seguridad y sociales y estamos abiertos a escuchar nuevas perspectivas y desafíos para crear un terreno común.
En el mundo posterior a la pandemia, se vive una crisis a causa del costo de la vida lo que puede provocar disturbios civiles, ya que esta situación afecta duramente a las comunidades. Lo vimos en Panamá el año pasado, con protestas contra el precio del combustible y los medicamentos. Entonces, de alguna manera, nuestro proyecto se ha convertido en un pararrayos de otros problemas. Eso también se ve en otros países mineros. Pero nuestra mina puede impulsar el crecimiento económico para ayudar a resolver algunos de esos desafíos.
Los disturbios apuntan al descontento que se vive en otros sectores. No es solo en Panamá, en muchos paises del mundo la minería necesita comunicarse, escuchar y aprender. Con respecto a nuestra mina en particular, esta tiene una larga historia, ya que el yacimiento fue descubierto por primera vez en 1968 e identificado por la ONU como el medio para que Panamá diversificara su economía. Este proyecto ha sido visto durante mucho tiempo como una fuente de crecimiento económico. Invertimos $ 10 mil millones en Panamá y construimos mucha infraestructura, como un puerto, carreteras y líneas de transmisión a través del país, que no solo sirven a la mina sino a todo el país.
Algunos manifestantes afirman que la mina afecta los niveles de agua en el Canal de Panamá; ¿es eso correcto?
TP: No afectamos el agua del Canal de Panamá de ninguna manera. Así lo ha confirmado la Autoridad del Canal de Panamá. Nuestras operaciones mineras drenan a una pequeña cuenca y es físicamente imposible que el agua se conecte entre la mina y el Canal debido a la distancia y la topografía.
No afectamos el agua del Canal de Panamá de ninguna manera. Así lo ha confirmado la Autoridad del Canal de Panamá.
Por supuesto, entendemos que el agua es un tema delicado para Panamá porque el futuro del Canal, y los negocios de envío y logística relacionados, dependen de ello. Pero estamos en una cuenca completamente diferente e incluso si le diéramos al Canal toda el agua que descargamos por año, 100 millones de metros cúbicos, representaría solo una semana de suministro para el Canal, que tiene una descarga anual de 6 mil millones de metros cúbicos.
Algunos manifestantes afirman que Cobre Panamá ha causado una pérdida significativa de biodiversidad; ¿es eso cierto?
TP: La biodiversidad es un tema muy importante para nosotros. Es algo con lo que todo el mundo tiene que lidiar más, más allá del enfoque en las emisiones de carbono. Nuestro proyecto se encuentra ubicado en el Corredor Biológico Mesoamericano, una importante conexión natural entre América del Norte y del Sur. Además, el área alrededor de nuestra mina es rica en biodiversidad. Hemos apoyado estudios significativos realizados por expertos reconocidos internacionalmente para recopilar información sobre la flora y la fauna del sitio y evaluar nuestro impacto. Nuestra planeación de infraestructura y controles operativos han tenido en cuenta esos estudios. Nuestro compromiso con la protección de la biodiversidad es claro, público y en línea con los requisitos de nuestra evaluación de impacto ambiental y social.
Tenemos un plan de acción de biodiversidad que desarrollamos con consultores líderes, como Kew Gardens, el Instituto Smithsonian y el Zoológico de Houston. Contamos con un auditor independiente de biodiversidad que evalúa el impacto causado por la mina. Tenemos el compromiso de reforestar más de 11.000 hectáreas, alrededor del doble de nuestra huella minera. Es el programa privado de reforestación más grande del país. Tenemos un vivero en funcionamiento desde hace muchos años, que consiste en recolectar las semillas de estas especies autóctonas silvestres y crear un banco de semillas adecuado que nos permita reforestar. El año pasado plantamos más de 1 millón de plántulas.
Cuando se trata de conservar especies, trabajamos con grupos como Sea Turtle Conservancy y Peregrine Fund. Las aves, los reptiles y los anfibios son un buen indicador de la salud de un ecosistema. También proporcionamos $ 3 millones de fondos cada año para proteger cerca del 20% del total de las áreas protegidas de Panamá. Esa protección del hábitat más allá de la mina significa que hay un almacenamiento de biodiversidad que puede extenderse a lo largo del corredor biológico mesoamericano.
Tu proyecto ha generado muchas respuestas negativas por parte de grupos ecologistas. ¿Cómo responderías sobre el impacto en el medio ambiente?
TP: Somos conscientes de las respuestas negativas y estamos abiertos a escuchar y abordar esas inquietudes. Es un proyecto sensible y tenemos que responder dejando claro que estamos cumpliendo con nuestras obligaciones. La Evaluación de Impacto Social Ambiental integral es la piedra angular de nuestro trabajo ambiental. Es un proceso riguroso que identifica los posibles efectos sociales y ambientales de la mina. Luego, considerando esos factores, se identifican las medidas apropiadas para controlar y mitigar esos impactos. Tenemos el compromiso legal de cumplir con altos estándares, que fueron desarrollados por expertos ambientales internacionales de acuerdo con los estándares internacionales y sujetos a comentarios públicos rigurosos, incluso de las comunidades alrededor de la mina.
Contamos con más de 200 empleados ambientales en la mina comprometidos en llevar a cabo las obligaciones enumeradas en el EISA e invertimos millones de dólares cada año para garantizar que se cumplan. Nuestros estándares ambientales son supervisados por auditores externos y por el gobierno, pero claramente debemos ser más efectivos para informar a una gama más amplia de personas. Panamá no tiene una larga herencia minera, por lo que depende de nosotros que sea nuestra responsabilidad proporcionar más información al pueblo panameño sobre nuestro enfoque de minería responsable.
A causa de la mina se presentará una pérdida de la selva tropical. ¿Que tanto terreno están despejando y cómo pueden reducir el impacto?
TP: Nuestro permiso limita estrictamente la cantidad de bosque que podemos talar para hacer minería en 5.900 hectáreas. En la actualidad nuestra área operativa es de 3.000 hectáreas, por lo que se ha perdido parte de la selva tropical, sin embargo, esta amenaza fue identificada cuando se aprobó el proyecto. Por eso nos hemos comprometido a reforestar casi el doble de la superficie de nuestra concesión, más de 11.000 hectáreas. Parte de esa reforestación se puede hacer rehabilitando el bosque en nuestro sitio minero, pero también estamos plantando nuevos bosques en todo Panamá. Entramos en áreas donde la selva tropical ha sido dañada por actividades agrícolas donde hay tala y quema y trabajamos con los agricultores para restaurar el bosque, al tiempo que les permitimos cultivar cultivos de alto valor, como el cacao. De esa manera, esos agricultores tienen un incentivo económico para proteger el bosque.
Ya hemos rehabilitado más de 4.000 hectáreas, que es más que la superficie que hemos deforestado. Además, estamos en los primeros días y plantaremos muchos más bosques. Entendemos que una gran operación minera tiene un impacto ambiental, pero nuestro compromiso es que ese impacto sea neto positivo durante la vida útil de la mina. Cuando finalicen las operaciones, todo se recuperará en selva tropical.
¿Cómo puede Minera Panamá hacer un mejor trabajo para convencer al pueblo panameño de que no es una amenaza ambiental?
TP: Reconocemos que hay grupos en Panamá con los que no hemos podido comunicarnos de manera efectiva y eso es motivo de frustración. La transparencia es fundamental y debemos ser abiertos y aprender de nuestros grupos de interés. Creo que es importante que invitemos a los manifestantes a la mina y les permitamos verla por sí mismos, de esa manera podrán ver los pasos que estamos tomando para proteger el medio ambiente.
También debemos asegurarnos de que los mecanismos establecidos que permiten a las personas presentar quejas se entiendan bien. Si cometemos un error, queremos asegurarnos de que no vuelva a suceder. Cumplimos con todas nuestras regulaciones gubernamentales y publicamos regularmente datos sobre nuestro impacto ambiental, pero nos complace recibir comentarios sobre dónde la gente piensa que estamos haciéndolo mal. Tenemos un programa muy exitoso en el que las comunidades locales participan en el monitoreo de la calidad del agua. Estamos abiertos a cómo esto podría expandirse más ampliamente en Panamá. No haremos felices a todas las personas todos los días, hay algunas personas a las que siempre les disgustará la minería, pero trabajaremos con los más altos estándares y siempre estaremos abiertos a sugerencias de lo que podemos hacer mejor.
¿El creciente activismo ambiental hace que sea más difícil desarrollar minas de cobre a gran escala?
TP: La industria minera tiene que cumplir con altos estándares para generar confianza. La conciencia ambiental y el activismo significan que tenemos que mejorar nuestro compromiso. La minería responsable significa dejar los lugares en mejores condiciones que como los encontramos. Creo que somos muy buenos trabajando con las comunidades alrededor de la mina, pero el aumento de la conciencia ambiental ha atraído a nuevas partes interesadas que quieren ser parte de la conversación.
Me preocupa que la gente a veces se olvide de las industrias que hacen posible su vida diaria. Por ejemplo, la leche en el supermercado proviene de la agricultura. Si no tuviéramos minería, volveríamos a la edad de piedra. Por supuesto, la humanidad necesita reciclar tanto como sea posible, pero por el momento solo se recicla entre el 20% y el 30% del cobre que usamos. Todos somos culpables de tirar aparatos eléctricos o tuberías con cobre. Además, hay una demanda adicional para alimentar y tener calefacción para las personas.
La comparación con la agricultura es interesante porque si nos fijamos en Panamá, un país de aproximadamente 7,5 millones de hectáreas, donde los bosques representan 4 millones de hectáreas, los pastos representan 1 millón de hectáreas, mientras que las tierras cultivadas son 600.000 hectáreas. En términos porcentuales, el 23% de la tierra de Panamá se utiliza para la agricultura, en comparación con solo el 0,07% para la minería. Ese pequeño uso de la tierra para la minería representa el 5% del PIB y el 75% de las exportaciones, lo que significa que cada hectárea de tierra utilizada para la minería genera $ 800,000 al PIB, mientras que la agricultura genera solo $ 920 por hectárea por año.
Sin suficiente cobre, el mundo no podrá hacer la transición a energía limpia; ¿cree que el público en general aprecia ese hecho?
La transición energética global significa que el cobre que produce Panamá es realmente importante. Solo el año pasado, Cobre Panamá produjo suficiente cobre para seis millones de vehículos eléctricos (los vehículos eléctricos usan de dos a tres veces más cobre que los automóviles convencionales), lo que lo hace relevante a nivel mundial. Panamá y la mina están en la primera línea de la transición energética.
La transición energética global significa que el cobre que produce Panamá es realmente importante. Solo el año pasado, Cobre Panamá produjo suficiente cobre para seis millones de vehículos eléctricos
Por supuesto, esa transición tiene que ser justa y equitativa, especialmente en los países que están produciendo los materiales. Pero el hecho es que necesitamos la minería para alimentar, calentar y albergar a las personas. Desde los fertilizantes utilizados en las granjas, hasta los ladrillos y el acero que nos permiten construir mejores casas y edificios, todo necesita ser extraído. Mientras tanto, la minería tiene que ser lo más sostenible posible, por lo que First Quantum ya está cambiando la forma en que realiza las operaciones mineras usando electricidad en vez de diésel.
Si el gobierno cierra o incauta la mina, ¿confía en que recibiría una compensación justa?
TP: Confiamos mucho en nuestra posición y estamos comprometidos con Panamá. A largo plazo, hemos invertido más de $ 10 mil millones en convertir a Cobre Panamá en un activo de clase mundial. Hemos tenido un impacto positivo en términos de capacitación de los empleados y nuestro trabajo con los proveedores y la sociedad en general. Estamos comprometidos con nuestra relación con Panamá y abiertos al diálogo constructivo sobre cómo la mina puede ser parte del futuro económico de Panamá. Pero sí, la posición legal a la que se recurre es muy fuerte.
First Quantum Minerals tiene otros activos de desarrollo en América Latina; ¿estas protestas harán que reconsidere su expansión en la región?
TP: Podemos ver lo difícil que es desarrollar y operar proyectos mineros. La sociedad exige que nos desempeñemos mejor y debemos seguir mejorando, y esto lo apoyamos plenamente. El mundo se está quedando sin proyectos de alta calidad, por lo que se recurre a depósitos de menor calidad que tienen mayores requisitos de capital. También tenemos activos para desarrollar en Perú y Argentina que pueden ser un gran activo para esos países. Pero nuestra experiencia en Panamá subraya la importancia de tener un compromiso abierto con una amplia gama de partes interesadas y estamos comprometidos en ello.